Pablo Gonzalez

Conmemorando matanza de presos políticos en las cárceles de Perú,el 18 y 19 de junio de 1986

Ayer se cumplieron 31 años de la matanza de presos políticos en Perú en la que asesinaron a unos 400 reclusos de la organización maoísta Sendero Luminoso.

La masacre se convirtió en el crimen más grave del gobierno de Alan García.

Entre el 18 y 19 de junio de 1986 se desarrolló un motín en las cárceles en Perú, que obligó la intervención del ejército y terminó con la matanza de unos 400 reclusos de dicha organización.

En el marco de una Conferencia Mundial de la Internacional Socialista dirigida por el presidente peruano de aquel momento, Alan García Pérez, los presos del Partido Comunista del Perú iniciaron un motín en tres penales (El Frontón, San Juan de Lurigancho y en el de mujeres Santa Bárbara).

En la cárcel de Lurigancho los carceleros entraron a buscar armas y, al no encontrarlas, decidieron separar a los reclusos comunes de los catalogados como “terroristas”, cortándoles el suministro de agua y comida.

El 19 de junio se sumaron otras cárceles a la protesta y un operativo militar-policial integrado de entre 700 y 1.000 efectivos del ejército y 200 de la Guardia Republicana ejecutaron la orden de exterminio.

 “Nadie podía salir vivo”, fue la consigna.

Los prisioneros comenzaron a salir uno a uno y fueron obligados a tirarse al suelo con las manos en la nuca para ser exterminados.

En la prisión de mujeres de Santa Bárbara iniciaron una huelga, que originó la suspensión de las visitas, lo que provocó una serie de protestas en las afueras del penal. 

Mientras que en El Frontón abrieron fuego con ametralladoras sin objetivo claro, también dispararon dos misiles para matar a los reclusos. 

Según familiares, las víctimas fueron entre 350 a 450 presos, pero el Estado sólo reconoce entre 60 y 80.

El 16 de agosto del 2000 el Tribunal Interamericano de Derechos Humanos responsabilizó al Estado por el caso de la matanza de los penales, alegó que era su obligación aclarar los hechos sucedidos y a los responsables.

http://www.telesurtv.net/news/Conmemoran-31-anos-de-la-matanza-de-los-penales-en-Peru-20170618-0029.html



18 de junio de 1986, el entonces presidente de Perú y hoy presidente honorario de la Internacional Socialista (IS), Alan García, ordenó la matanza de más de 300 reclusos que se habían amotinado en tres penales de Lima.

Algunos penales fueron bombardeados y los reclusos que salieron con vida ejecutados.

“O se van todos los responsables o me voy yo”[1] dijo Alan García pero no hubo ni lo uno ni lo otro.

La mayor matanza de presos -la mayoría de ellos no habían sido condenados- removió conciencias pero tuvo la bendición de la Internacional Socialista.

“El ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez expresó ayer en Lima, al inaugurar formalmente el 17º Congreso de la Internacional Socialista, la confianza de la organizaci6n en el Gobierno presidido por Alan García, al que reconoció su “autoridad democrática y voluntad de paz”. De esta forma, la Internacional Socialista respalda la gestión gubernamental de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), horas después del sangriento asalto a tres prisiones de Lima“[2], decía la crónica de Antonio Caño hoy director de El País.

Felipe González asistió como vicepresidente a ese 17 Congreso de la IS. También estuvieron en Lima la secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Flores, el ex ministro Enrique Barón y Ludolfo Paramio, de la Fundación Pablo Iglesias. Ninguno de ellos se atrevió a condenar la terrible masacre.

Antes de lo ocurrido el 18 y 19 de junio de 1986, diversos hechos advirtieron de la posibilidad de esa masacre. El jefe de la inteligencia naval contralmirante Carlos Ponce de León Canessa, había caído víctima de la violencia política un par de días antes. El jefe de la armada amenazó con que “le han pisado la cola al león“, “hay gentes que son irrecuperables“, “dicen patria o muerte; en lo segundo les daremos en el gusto“.

A poco de asumir el poder Alan García se produjeron las masacres de Accomarca, Pucayacu y Bellavista en Ayacucho.

El 16 de Junio de dicho año, en una entrevista[3], el General EP Luis Cisneros Vizquerra alentó la muerte de presos políticos

-[OIGA] “En una suerte de show televisivo desde El Frontón, protagonizado por el ex director del INPE, los delegados senderistas presos dijeron que preferían estar muertos antes de ser trasladados a Canto Grande. Qué opina de eso?

– [General Cisneros] Que hay que darles gusto… Es uno de los pocos gustos que les podemos dar a los subversivos. Si ellos así lo prefieren, que firmen un acta y que se proceda. El Estado satisfará sus deseos personales”.

En una oportunidad, Luis Alberto Sánchez[4], connotado aprista y primer vicepresidente con Alan García se le preguntó: “¿Se está practicando la guerra sucia en el Perú?” a lo que contestó: “Tiene que ser, forzosamente, tan sucio es el crimen como su represión, lo uno dá origen a lo otro. No va haber más remedio: eso se llama ojo por ojo y diente por diente“.

http://kaosenlared.net/peru-la-masacre-de-300-presos-sigue-impune-con-la-complicidad-de-la-internacional-socialista/

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