Pablo Gonzalez

Protegiendo el bienestar de una nación: testimonios de mujeres sirias

Mientras los hombres sirios ponen en riesgo sus vidas, defendiendo el bienestar de sus familias en el frente de batalla, las mujeres son las que cargan con los pormenores del día a día en la retaguardia. 

Educan a los niños, ayudan a los abuelos y con sus manos mueven la economía de un país en guerra.

Un corresponsal de Sputnik ha logrado conversar con estas increíbles mujeres, que incluso en tiempos difíciles, se las arreglan para salvaguardar el bienestar de toda una nación, rescatando todo aquello que caracteriza una vida tranquila y pacífica.



Arij Id Hasan es nativa del pueblo de Dir Mama en la provincia de Homs y ha dedicado su vida a los tradicionales, para esa región, tejidos artesanales de seda.

 Después de la imposición del bloqueo a Siria, su producción cayó debido a la imposibilidad de adquirir las larvas de los gusanos productores de la seda en el exterior. 

Pero Arij no se desanima: cría personalmente a los gusanos de seda y extrae esa preciosa fibra natural para tejer sus chales, pañuelos, mantas y todo tipo de vestidos, que ahora vende a las médicas rusas que trabajan en Siria.

La estudiante universitaria Susan Abadi, de la región de Afrin, se dedica a pintar paisajes rurales, la naturaleza y reconocidos monumentos de Siria. 

Además, le encanta preparar dulces, quesos y aceite de oliva.

 La joven tiene la esperanza que la guerra culmine pronto y ella pueda vender sus productos personalmente en el mercado.

© SPUTNIK/

Susan Abadi espera que la guerra culmine prondo para que cada una de sus obras encuentren a su comprador.

La artesana Nasra Ganim no sufre de escasez de materiales para trabajar, ya que su principal proveedor es la naturaleza misma. Para sus adornos usa conchas, semillas y arcilla. 

Sin embargo, con la llegada de la guerra a Siria sí notó dificultades con la comercialización de sus productos.

 "A veces paso dos semanas trabajando sobre una sola pieza y después no la puedo vender", se queja Nasra.

© SPUTNIK/ MIKHAIL VOSKRESENSKIY


Misun Shaaban es ingeniera de profesión y se dedica a crear vajillas de cerámica y cestas de mimbre. Según cuenta, en la provincia de Latakia asistió a un programa de formación para las mujeres en diferentes ramas de artesanía y en el cual le facilitaron un crédito para su propio negocio.

 Eso le ayudó mucho en los tiempos de inestabilidad, asegura Shaaban.

© SPUTNIK/

Misun Shaaban asistió a un programa de formación artesanal y ahora tiene su propio pequeño negocio.

Las artesanas Rama Shahin, Dalal Usef y Rim Hamad se crean todo tipo de joyas de perlas, cristales, piedras preciosas y semipreciosas en Tartus. Participan en todas las ferias locales, pero anotan que la venta de sus productos ha disminuido con la llegada de la guerra. 

Ahora, anhelan poder participar en una feria en Rusia.

© SPUTNIK/

Rama Shahin, Dalal Usef y Rim Hamad participan en todas las ferias locales en búsqueda de clientes

Sultana al Ajras vende pan horneado en tandur —un horno con forma cilíndrica muy expandido en las zonas rurales de Oriente Próximo que cocina los alimentos empleando carbón vegetal—.

 Para su construcción se requiere una piedra especial de color negro, que se extrae cerca de Damasco.

© REUTERS/ ABDALRHMAN ISMAIL


Iman Faki vive en un pueblo de la provincia de Hama. Cuando comenzó la crisis en Siria, su hermano Muhammed se unió a las filas del Ejército sirio, dejando a Iman a cargo de la familia. 

Se dedicó entonces a producir productos comestibles. Gracias a sus familiares y amigos logró levantar su propio negocio, e incluso ayudar con el abastecimiento de la unidad de su hermano que combatía entonces en Alepo. 

La familia Faki dice estar muy agradecida por la ayuda de Rusia en la liberación de Alepo.

© SPUTNIK/

Iman y Muhammed Faki, levantaron un negocio de productos comestibles.

https://mundo.sputniknews.com/sociedad/201705241069421881-siria-mujeres-querra-terrorismo-testimonios/

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