Pablo Gonzalez

¿Existen o no las razas humanas?

Rosa María de Lahaye Guerra.- Profesor ¿podemos hablar con los amigos de NosOtros sobre el concepto de raza que manejan ustedes desde la antropología biológica?


Antonio Julián Martínez Fuentes.- Bueno, los descubrimientos paleoantropológicos confirma la hipótesis que el hombre moderno surgió en África hace más de 150 000 años, sus características le permitieron salvar numerosos obstáculos y fue progresivamente colonizando el resto de los continentes. 

Al tiempo que ocurría esta expansión geográfica tuvo lugar un proceso no menos complejo de diversificación morfológica y fisiológica derivado de la adaptación a los diferentes ambientes que iba conquistando y, surgía así una aparente paradoja: todos los seres humanos somos muy parecidos pero al mismo tiempo muy diferentes.

Por otra parte, las simples y cotidianas observaciones nos permiten aproximarnos a las múltiples variaciones morfológicas presentes en nuestra especie. 

Estas las apreciamos en la estatura, el peso, el color de la piel, la textura del cabello, los rasgos faciales, entre muchas otras, cuando comparamos individuos en nuestra propia población y son muy evidentes al contrastar personas nativas de los diferentes continentes.

 En este punto, nosotros partimos de la aseveración que tales diferencias reflejan el proceso de adaptación evolutiva de poblaciones geográficamente diversificadas a sus hábitats y no son, para nada, pruebas de la existencia de razas en nuestra especie.

R.M.L.G.– Profesor, y ¿cómo se establece la conocida clasificación de la variación humana?

A.J.M.F.– Déjame hacer un poco de historia para que se comprenda el proceso. Los viajes colombinos a finales del siglo XV marcan el inicio de la expansión europea a prácticamente todo el mundo. 

Europa toma conciencia de la gran diversidad de hombres y culturas que antes no conocía. Ese nuevo panorama estimuló en las mentes más ilustradas el estudio de este fenómeno de diversidad, sin escapar enteramente a la influencia que la empresa de la conquista y colonización suponían a la percepción de lo diferente, como algo ubicado en el plano inferior.

Uno de los naturalistas más ilustres de la segunda mitad del siglo XVIII, el sabio francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788) escribió “Los hombres difieren desde lo blanco a lo negro, en cuanto a color, desde lo doble hasta lo sencillo, en cuanto a estatura, gordura, ligereza, fuerza, etc.” Y apuntaba “son variaciones de la naturaleza que proceden de la influencia del clima y del alimento”.

Buffon fue de los primeros en aplicar el término raza a las variaciones somáticas que observó entre las personas, hasta entonces era empleado para referirse casi exclusivamente a los animales.

Linneo (1707-1778), el gran naturalista sueco, primer gran clasificador de animales y plantas, colocó a todos los seres humanos en la especie Homo sapiens. Para Linneo la especie se subdividía en 4 subespecies (a las que no llamó raza): Homo sapiens americanus (indígenas americanos): piel de color rojizo o cobrizo, cabello liso, negro y grueso; Homo sapiens europeus: blancos, sanguíneos y musculosos, pelo rubio y rizado, ojos azules; Homo sapiens asiaticus: de color amarillento, cabello negro, ojos oscuros. Homo sapiens afer (africano), negros y de piel aterciopelada, nariz aplastada y labios abultados.

El anatomista alemán Johann Friedrick Blumenbach (1752-1840), considerado fundador de la Antropología física,propuso dividir la humanidad según el color de la piel, en cinco variedades, a cada una de las cuales les dio el nombre de raza, Las cinco razas de Blumenbach fueron: Caucásica o blanca; Mongólica o amarilla, Etíope o negra; Americana o roja y Malaya o parda.

Desde entonces comienza a enraizarse la idea de la división de la humanidad en cierto número de razas, contribuyendo así a un esquema que sirvió, en gran medida, al fomento de los prejuicios raciales y el racismo.

A partir del siglo XVII y hasta hoy, muchos hombres de ciencia y de letras admiten y fundamentan la división de la humanidad en un cierto número de razas, incrementándose profusamente los intentos por ubicar a cada ser humano en un grupo particular a partir de elementos tales como: color de la piel, forma de la cara, tipo de cabello, color de los ojos, tipo de labios, proporciones corporales, etc. Comenzó así la elaboración de un catálogo de las variaciones físicas humanas a través del planeta. Surge un sinnúmero de clasificaciones, eminentemente tipológicas, sustentadas en la opinión de que todos los miembros de una raza participan de su esencia y poseen sus características típicas.

R.M.L.G.– ¿Hasta qué punto es válido ese concepto de raza biológica?

A.J.M.F.– Los procedimientos de clasificación racial en el hombre no se han detenido, incluso, conocemos una vasta literatura que apoyándose no solamente en los rasgos morfológicos habituales, sino también en características bioquímicas, inmunológicas, fisiológicas, y genéticas, argumenta un número tan variable de razas que va desde 3 hasta 400. Imagínate. Muchas de ellas incoherentes y hasta contradictorias debido a varias razones: los rasgos, o combinaciones de ellos que se adoptan para clasificar; el grado de jerarquía o importancia que se le da a cada uno de ellos, y las técnicas o métodos que se utilizan en su procesamiento y análisis.

Si bien durante mucho tiempo el concepto de raza biológica fue algo incuestionable, y fue el sentido y eje central de la antropología, en la actualidad ya no goza de tal aceptación. Hoy la terminología racial y los sistemas de clasificación raciales están desapareciendo gradualmente de la literatura científica y de los programas de investigación en antropología biológica. Un estudio que realizamos entre especialistas de 13 países, incluyendo Cuba, mostró que el 65,7% de ellos no lo considera válido para la especie humana.

La tendencia creciente al re-examen crítico del concepto es totalmente válida, no exclusivamente por sus implicaciones científicas sino, por el impacto que debe tener en la presunta base de ideologías racistas y xenófobas. El debate actual refleja la no existencia de consenso entre especialistas sobre la validez o utilidad de éste.


Publicado en: NosOtros

En este artículo: Antropología, Cuba, Racismo

11 noviembre 2011

Entrevista al Dr. Antonio Julián Martínez Fuentes

Investigador Titular de la Facultad de Biología. Universidad de La Habana.

http://www.cubadebate.cu/noticias/2011/11/11/existen-o-no-las-razas-humanas/#.WQAMcPmGOM9

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