Pablo Gonzalez

"El terrorismo no es un enemigo de EE.UU., sino una táctica de la violencia con fines políticos"

La política internacional se inicia con el proceso de mundialización impulsado por los grandes descubrimientos geográficos, la burguesía industrial, el fenómeno del capitalismo comercial, industrial y financiero evolutivamente, y la ampliación geográfica a nivel global y el surgimiento del Estado Nación clásico industrial, como fenómeno de Europa occidental.

La política internacional, al carecer de un gobierno mundial, va generando un sistema mundial superador de los viejos sistemas regionales desconectados hasta ese momento.

Los Estados Nación industrial como unidad política con suma de capacidad tangible -población, industria, ciencia y tecnología, economía industrial y poder militar y diplomático- más la dimensión intangible -cohesión nacional e identidad cultural- irán jerarquizando al emergente sistema internacional liderado por Europa occidental.

De acuerdo a los poderes del Estado, o sea a sus dimensiones tangibles e intangibles, se van generando las polaridades mundiales del sistema de distribución de poder. La armonía, como palabra en nuestro lenguaje vulgar entendida como orden empático, no existe en la política internacional. El “orden” es la consecuencia del acuerdo y la estabilidad que brindan aquellos poderes estatales con capacidad.

El primer Estado Nación industrial es Inglaterra con la revolución de Cromwell, lo continúa Francia con la revolución, luego Alemania con el ducado de Prusia y el canciller Bismarck-1870- e Italia -con el conde Cavour- y simultáneamente nace como Estado Nación industrial, Japón con la revolución Meijii, primer actor extraeuropeo.

El siglo XX implica la irrupción de los EEUU como primer Estado continental industrial, es decir un Estado con las mismas dimensiones tangibles e intangibles que el Estado Nación, pero de dimensiones geográficas gigantescas en indicadores cualitativos y cuantitativos. 

Posteriormente, Rusia se convierte en el segundo Estado continental industrial. En verdad, el siglo XX, en el fondo más que una confrontación ideológica es geopolítica entre dos Estados continentales industriales.

La posguerra fría refleja la crisis irreversible del Estado Nación industrial, ni que hablar de los Estados mono étnicos, y en los que respecta a América Latina y el Caribe, nuestros arcaicos Estados agrominerosexportadoradores.

La irrupción de China y de la India como dos nuevos Estados continentales industriales, el fortalecimiento de Rusia luego de la disolución de la URSS, la crisis de identidad de la Unión Europea, el fortalecimiento como poder regional en el universo islámico de Irán y el papel geopolítico de Turquía, como central tanto para el bloque de la OTAN como de su eventual alianza con la Organización de Cooperación de Shangai.Todo ello, bajo una etapa de relativa fortaleza del proceso de integración suramericana.

Desde 1500 en el sistema internacional existieron diferentes “ordenes” entendidos como capacidad de poder de aquellos Estados con capacidades:1) Orden unipolar: el orden unipolar es cuando un solo polo domina, o sea un único Estado. Puede ser a nivel militar o a nivel económico.

 Sin embargo nunca existió un orden nítidamente unipolar, en el sisma mundial, si un sistema regional (por ejemplo EEUU con la OEA durante mucho tiempo sustentado en la mal llamada Doctrina Monroe); 2) Orden de Equilibrio de Poderes. Este “Orden” se produce cuando uno o dos actores se ponen de acuerdo para contrabalancear poderes y garantizan la estabilidad del sistema. Puede ser de variante multipolar, más de dos actores, o bipolar, dos actores.

El “orden” multipolar se materializó por ejemplo desde la caída de Napoleón, multipolaridad evidentemente solo europea, y el orden de equilibrio bipolar, ocurrió con la llamada guerra fría.

El periodo ocurrido al implosionar la URSS, denominado “nuevo orden mundial” por el presidente de los EEUU George Bush-p- , en verdad fue un unimultipolarismo, según el politólogo brasileño Helio Jaguaribe, donde existía un poder militar con EEUU, pero un compartir en el plano económico. Para algunos autores, el “orden ” actual es apolar, o sea no están nítidos los actores. 

Y en nuestra opinión, es un “orden” multipolar, sin dudas, pero con novedosas características. El sistema internacional posee más actores, no solo es el Estado-Internet, por ejemplo, las ONG, etc., los únicos Estados con capacidad de soberanía y autonomía son los Estados continentales industriales, y la política global ha dejado de tener como centro a Occidente, y se tornó desoocidental y multicivizacional.

EEUU sufre una crisis de identidad producto de la inmigración asiática e hispánica que rompe el monopolio de la ética calvinista que a través de una teología política se siente el pueblo predestinado por la Providencia para regir los destinos de la humanidad.

Nos referimos a la Doctrina del Destino Manifiesto, que lo convirtieron en la Nación, donde nace la palabra fundamentalismo religioso. Ya no existe un consenso nacional en una sociedad fragmentada como EEUU, perdieron todas las guerras desde la segunda en la que participaron colateralmente.

Medio Oriente, creada por artificialmente dividiendo geopolíticamente en Estados artificiales, por Inglaterra y Francia luego de la primera guerra mundial, y la alianza de Israel promovida por EEUU en detrimento de la Palestina, a tal punto que Israel y el sionismo como expansión ideológica-condenados por muchos israelíes y con autocriticas importantes realizadas desde un revisionismo israelí- no respetó nunca las resoluciones de las Naciones Unidas.

Estados Unidos realizó, desde el inicio de la conformación de Israel como Estado, una alianza estratégica con Israel y en especial con el lobby judío, a tal punto que ello ha despertado un alto debate en los EEUU sobre las conveniencias del mismo. Asimismo, con aquellas monarquías árabes como el Reino de Arabia Saudita, que le brindan garantía y seguridad en el centro petrolero mundial.

En el fondo, la geopolítica norteamericana tiene su fundamento en la del inglés Halford Mackinder. La política mundial se desarrolla en un centro decisivo que es la isla mundial Eurasia, y EEUU tiene un problema: no está en la isla mundial.

 Por eso, la necesidad de la alianza con una Europa débil, y controlar los rimland -bordes- con Inglaterra y Japón-en Asia-. Es la doctrina Spykman y el pensamiento geopolítico de Brzezinski, consejero de Seguridad de Jimmy Carter.

La nueva doctrina de seguridad de los EEUU ya no es el terrorismo -que en verdad no es un enemigo sino una táctica de la violencia con fines políticos- sino es China, es decir el Asia Pacifico. Para ello, EEUU necesita un Oriente Medio sin Estados, solo con Israel como Estado fuerte. Necesita una América del sur “tranquila” -sin “populismos”, “sin los nazis como Perón”, “sin lo negros rebeldes como Chávez”. 

O sea un Monroe brutal. Y la tranquilidad de una Ucrania, proeuropea. Es la única manera de poder concentrarse en el problema que le ocasiona China.

Ya Obama -más militarista que Bush- fracasó, al estancarse en Siria. El ISIS, Estado Islámico, llamativamente no es islámico ni es un Estado. 

Desde su creación hace cinco años ha sido financiado según, cables de WikiLeaks nunca desmentidos (fotos de Hillary Clinton con el jefe del califato-Daesh en arable, denunciado por el propio Trump en campaña) por Qatar y Arabia Saudita; a ello se suman el ambiguo rol de Turquía y una imprecisa participación norteamericana en la campaña de pacificación donde llamativamente sus precisiones fallaban en los bombardeos dirigiéndose al campo sirio.

¿Por qué Siria? Porque en Siria se estancaron en su marcha a Irán, el verdadero objetico como país pivot estratégico del mundo islámico, donde se llevó a cabo una de las revoluciones más importantes de la historia. 

En esta escalada regional, el grupo terrorista Daesh, apoyada por la coalición invasora, empieza a ser derrotado en Alepo, con la participación y apoyo de Rusia e Irán. 

Además, utilizaron, según expertos -en este caso hay numerosas evidencias y no quiero entrar en estos detalles para no desviar el objetivo de la nota-, armas químicas. Además, cuando acusaron a Siria, los enviados de la ONU informaron que no hallaron nada en Siria.

Donald Trump basó su campaña electoral en EEUU primero, es decir una política que se aboque a la crisis de EEUU, y no a ser un presidente universal. Desde un principio, sus flaquezas quedaron al descubierto: oposición interna a sus medidas y fortalecimiento del presupuesto militar como nunca en la historia al contrario de lo que afirmó en la campaña.

Esto hace de que el bombardeo a Siria, y poner al mundo en un tembladera, por lo que se juzga que es una declaración de guerra de hecho a Siria, Irán y Rusia, hace surgir un interrogante: no sabemos si el complejo militar industrial norteamericano el que busca una guerra para fortalecer su poder o Trump es prisionero de ese poder, o en verdad es una doble cara de Trump. De lo que si no cabe duda, es que hay que denunciar el hecho, como lo estamos haciendo sin medias tintas.

Y en América Latina, no nos sorprenderá y debemos advertir que no aparezcan como los nuevos adversarios, como de hecho ya lo dijeron, “terroristas” vinculados a Daesh. Es gravísima la situación debemos discernir del dramático momento. Esta es la línea interpretativa de los sucesos a nivel geopolítica.

http://annurtv.com/el-terrorismo-no-es-un-enemigo-de-ee-uu-sino-una-tactica-de-la-violencia-con-fines-politicos/

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