Pablo Gonzalez

Semana de ofensas entre aspirantes a la presidencia de EE.UU.


Los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos calentaron durante esta semana sus ataques personales en un intento de presentarse como la mejor opción de los votantes para las elecciones del 8 de noviembre.

El republicano Donald Trump es un fraude y la demócrata Hillary Clinton carece de talento para ser presidente, son algunos de los ataques que se lanzan los virtuales contendientes.

El viernes Clinton continuó su retórica mordaz contra su rival un acto de campaña en San Bernardino, California comparándolo con un dictador. "Estamos tratando de elegir a un presidente, no a un dictador", dijo.

La puntera en la carrera del llamado partido azul por la nominación centró gran parte de un discurso de política exterior esta semana para golpear Trump y sus posiciones de política exterior y experiencia.

Mientras su colega en la liza, Bernie Sanders, senador por Vermont, no se quedó detrás en sus críticas y señaló en declaraciones a medios de prensa que "no vamos a derrotar a Trump por lanzar huevos", en referencia a los actos de violencias el jueves entre partidarios del inversionista neoyorquinos y críticos en California.

Dijo que entiende la rabia que despierta en los votantes la intolerancia del candidato del llamado partido rojo, los insultos a la comunidad mexicana, la comunidad latina y la comunidad musulmana, y las mujeres y los afroamericanos, y los veteranos.

En la semana no faltaron referencias a Trump como un fraude y a Clinton como carente de talento para ser presidente.

El magnate inmobiliario neoyorquino, quien ya tiene los delegados necesarios para ser nominado, atacó a su casi seguro rival en noviembre diciendo que esta carece de "talentos naturales" para ocupar el sillón presidencial.

En un encuentro en Sacramento, California, estado que desarrollará la primaria con más botín de delegados el martes 7 de junio, el republicano se autoelogió y dijo que "mucha gente piensa que me veo muy presidencial".

Los dardos entre ambos rivales se intensificaron luego que la demócrata gastó abundante pólvora al referirse al escándalo de la Universidad Trump, donde según ella, su contrario realizó una maniobra fraudulenta y ahora se apresta a estafar a todos los estadounidenses, según dijo en un acto de campaña en Newark, Nueva Jersey, el miércoles.

Mientras tanto la demócrata trata de mejorar su imagen rumbo a los comicios del próximo martes en California, donde las encuestas pronostican una cerrada lucha con el senador Sanders en la disputa de los 475 delegados estatales a la convención de julio.

El 44 por ciento de los estadounidenses dijeron que tenían una opinión positiva de ella en una reciente encuesta de ABC News-Washington Post, en comparación con 53 por ciento que la ven desfavorablemente.

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