Pablo Gonzalez

La extrema derecha se consolida como primera fuerza política en Holanda


El partido de extrema derecha PVV encabeza todas las encuestas de intención de voto en Holanda a costa de los liberales y socialdemócratas, formaciones que actualmente gobiernan en coalición y cuyos apoyos están bajo mínimos a un año de las elecciones generales.

De celebrarse hoy elecciones, el Partido de la Libertad (PVV), liderado por el xenófobo Geert Wilders, sería la formación política más votada en Holanda.

Así lo determinan las últimas encuestas que le otorgan un apoyo de entre el 24% y el 26% de los votos y entre 36 y 39 escaños, el triple de los que obtuvo en las elecciones de 2012.

Mientras tanto, los dos partidos de la coalición de gobierno, el liberal VDD y el socialdemócrata PvdA, se hunden: ambos cuentan con 79 escaños (VVD 41 y PdvA 38), pero una encuesta reciente les otorga 21 y 9 respectivamente, muy lejos de los 76 necesarios para la mayoría absoluta.

Esta tendencia al alza de la extrema derecha es evidente en las encuestas desde mediados de 2015, cuando la crisis de los refugiados empezó a copar las portadas y los informativos de la televisión en los Países Bajos.

Wilders defiende el cierre de las fronteras a los inmigrantes, la prohibición del Corán, la salida de su país de la Unión Europea y acabar con el euro para recuperar el florín, la antigua moneda neerlandesa.

En una entrevista retransmitida recientemente en la televisión pública NOS, con motivo del décimo aniversario del partido, Wilders relacionaba los atentados terroristas del pasado noviembre en París con la inmigración: “Mucha gente ve ahora que esos problemas están más cerca y piensa que nosotros tenemos razón”, declaró.

El líder de PVV también pide “resistir” a la futura construcción de centros de refugiados en distintas ciudades y pueblos de Holanda.

Su llamada ha tenido respuesta en los últimos meses y decenas de cabezas de cerdo han sido encontradas en las localidades de Heesch o Enschede, donde está prevista la construcción de dichos centros.

Han ocurrido otros sucesos con trasfondo racista. Hace una semana un hombre de Enschede fue arrestado por lanzar un cóctel molotov a una mezquita cuando había niños en su interior.

La Fiscalía holandesa lo acusa de delito de terrorismo y, en una nota enviada a los medios de comunicación, avisa de que procederá de la misma manera si vuelven a ocurrir sucesos similares.

Otro suceso ocurrió en diciembre pasado, cuando una mezquita en construcción en Leiden fue ocupada por un grupo ultra que colgó en sus paredes pancartas con el lema “Stop Islam”.

Wilders es consciente de que esas acciones pueden volverse en su contra. Así lo demostró en discurso en marzo de 2014, tras quedar segundo en las elecciones municipales de La Haya, al prometer que trabajaría para que hubiera “menos marroquíes”.

Estas palabras provocaron entonces una tormenta política y las autoridades iniciaron una investigación, por la que Wilders afrontará un juicio en octubre próximo por incitación al odio.

Holanda celebrará elecciones generales en marzo de 2017, justo dentro de un año, y la clave política está en comprobar si Wilders podría formar gobierno en caso de que las ganara.

“Incluso si el PVV fuera el partido más votado, veo más probable que al final el gobierno lo formase algún tipo de coalición de centro”, declaró a Efe Tom Louwerse, profesor de Políticas de la Universidad de Leiden.

En su opinión, el partido liberal VVD “sería el único con el que el PVV podría llegar a un acuerdo, pero es poco probable que ambos sumaran suficientes escaños para formar una coalición”, por lo que “necesitarían un tercer partido, y no veo realmente cuál podría ser”, aclaró el politólogo.

A corto plazo, la agenda política está marcada por el referendo que Holanda celebrará el 6 de abril sobre el acuerdo de asociación firmado entre la UE y Ucrania, una consulta promovida por grupos euroescépticos.

Aunque no es vinculante, servirá para medir el apoyo que el proyecto europeo -al que Wilders siempre se ha opuesto- tiene entre los holandeses. Por el momento las encuestas señalan una victoria del “no”.

LibreRed | EFE

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